Publicado: 27/10/2015 - Actualizado: 24/04/2018
Autor: K. Laura Garcés
Las enfermedades nos ponen un alto y nos ayudan a ir más despacio en la vida. Por esos las llamamos enfermedades mensajeras. Nos hacen reconsiderar la forma en cómo vivimos, a ser más conscientes de nuestro cuerpo, de lo que hacemos, de lo que queremos y no queremos. Las enfermedades nos ayudan a desarrollar más voluntad, más fe, a buscar orientación de un conocimiento mayor, a buscar dentro de nosotros razones y respuestas y a conectarnos con nosotros de formas más grandiosas.
La enfermedad puede estar ahí para que florezcas hacia una nueva vida.
Pero también, la enfermedad puede ser algo terrible, doloroso, sufrible y en verdad causar miedo, tensión y mucha preocupación e inseguridad en las personas.
La enfermedad puede ser una bendición o una calamidad. La enfermedad puede ser una luz o una oscuridad.
¿Qué deseas que sea para ti?
Tu elección puede ser la clave para a recuperar la salud. Si eliges escuchar el mensaje de tu cuerpo y aprender lo qu eeste t equiere decir puedes hacer el milagro que nadie considera ni ve, porque nadie en realidad puede ver lo que la enfermedad quiere entregarte en su mensaje, ni puede confiar por ti.
La enfermedad está ahí, pero tú decides que es para ti. Que sea para tus seres queridos. Y si los quieres en verdad ayudar, necesitas ver la luz que puede traer un problema de salud a tu vida.
Muchas veces no creemos que el cuerpo puede curarse, y nos creemos muchas cosas de allá afuera, nos dicen cosas que nos entristecen porqu enos quitan la confianza y la fe. Pero nada pierdes con probar un nuevo camino para curarte, para crecer tu comprensión y sanar tu cuerpo de una forma diferente. Quizá tu seas el ejemplo de muchos que vienen atrás tratando de creer y confiar, o de aquellos que desesperanzados viven decaídos y resignados.
El mensaje de tu enfermedad
La enfermedad es tan sólo una mensajera del cuerpo. Su mensaje más profundo es: conéctate contigo.
-
MAS EN VIVIR SABIAMENTEEstornudos frecuentes y picores en la nariz: causas y solución a raíz
Conectarse con uno mismo sólo significa que necesitas ir hacia ti, y revalorar tu vida, lo que piensas, lo qué haces, lo que te gusta o no, lo que te ha dolido y has guardado. Tu cuerpo enferma porque tu corazón, tu mismo, estás un tanto abandonado. Es muy probable que estés triste y enfadado. Si estás enfermo, enferma, es porque te has sentido muchas veces abandonado, mal querido y comprendido, poco amado y aceptado. Tienes miedo. Y tu cuerpo solo te está haciendo evidente la forma en cómo profundamente te sientes.
Si estás enfermo o hay algún enfermo en casa, puedes empezar a ayudarle o ayudarte a reconectarte. Y esto puede ser muy sencillo.
Hazte preguntas (o ayúdale a la persona haciendole estas preguntas):
“¿Cómo te sientes con tu vida?” “¿Qué cosas te enfadan en este momento?” “¿Te sientes querido?, ¿Apoyado” ¿Amado?”
-
MAS EN VIVIR SABIAMENTESistema Nervioso Débil, Intranquilidad, Ansias: medita, cura y reconecta
Muchas veces nosotros mismos, y algunas personas, se cierran a contestar con honestidad. Decimos o dicen “Si, estoy bien”, pero en el fondo, no es así. El cuerpo lo está hablando y quiere dar su mensaje de donde nos estamos desconectando con nosotros.
Escucha el mensaje:
Si hay dolor, tu cuerpo tiene experiencias dolorosas cargando (traición, decepción, desilusión).
Si hay irritación, tu cuerpo está muy irritado con alguna persona o experiencia que no se puede quitar de encima.
Si hay ardor, estás … ¡que ardes de enojo!
Si hay inflamación, ¿A quién o qué no toleras? ¿Quién o qué ya no aguantas?
Si los oídos no escuchan, si los ojos no ven bien, hay tensión en esta zona: no te oigo, no me oigo. No quiero ver, no puedo ver.
Si hay sangrado, o problemas de sangre, tu cuerpo te dice que no estás siendo feliz: algo te está quitando tu felicidad… ¿por quién te estás preocupando tanto? ¿Por qué te dejas hasta el último?
Si hay calambres, entumecimiento, endurecimiento o contracturas… ¿Qué temes? ¿por qué quieres controlar todo? ¿Te sientes apoyado?
Entre más fuerte o grave es la enfermedad o el síntoma, es que mas desconectados estamos con nosotros, es decir, no estamso en contacto con lo que sentimos sinceramente. Puede ser que no queramos verlo, lo negamos porque no sabemos que hacer con lo que sentimos, lo disfrazamos porque no nos comviene verlo, porque eso indicaria que tenemso qu ehacernos responsables y tomar ciertas decisiones que quiza en el fondo no queramos o no estemos listos.
Pero el mensaje de la enfermedad es sólo que te dejes conmover, que seas honesto contigo. Si te haces estas preguntas, con verdadera intención, le estarás ayudando a ti, o a alguien más a escuchar el mensaje de su enfermedad. La respuesta a qué hacer con lo que sientes, el remedio a tu enfermedad, la solución a tu enojo, miedo, etc., se dará por añadidura si en verdad eres sincero y te dejas conmover por lo qu een realidad sientes. Tu corazón es un guía infalible, el sabe qué seguir, qué hacer. Pero necesitas escucharlo con verdadera intensión y estar verdaderamente dispuesto a sanar.
Los niños se enferman cuando los adultos a su alrededor están desconectados de lo que el niño siente y vive. Y no se trata de una preocupación exagerada por parte de los adultos, ni de una educación absorbente en la que caen padres y maestros cuando educan con miedo e inseguridad. Se trata de que los niños se sientan en verdad escuchados por los adultos, en confianza y orientados para vivir sus experiencias con libertad, inteligencia y razonamiento, y que puedan aprender a tener ellos mismos más confianza y discernimiento a valorar sus propias vidas, a tomar decisiones y a sentir sin que tengan que ser juzgados. Un padre o adulto desconectado es alguien que constantemente está tenso, muy preocupado por hacer las cosas bien, intolerante al error, con miedo, abstracto en su vida y problemas.
Cuando un niño nace con una enfermedad, su misión es aprender de ella, así como los padres, quienes también aprenderán de la enfermedad a conectarse mas con su hijo, por medio del cual aprenderán lo que necesitan aprender. Canta un refrán, «Aprende a enseñar que enseñando aprenderás». Enseñando al hijo a ser feliz, a confiar, a amarse y entenderse, el padre crece también.
Así que si estás enfermo de lo que sea, si la enfermedad no se va o te han dicho que es incurable o que la padecerás por ser genética, solo empieza a escucharte más: escucha lo que sientes en verdad y no te resistas a sentir, porque el cuerpo entonces te lo hará sentir. Escúchate despacio, pasa lento por lo que sientes, expresa en una carta tus verdaderos sentimientos, sin juicio, déjate conmover y “tocar” por lo que sinceramente sientes de lo que vives y has vivido, no pienses tanto ni demasiado, no razones, la emoción debe ser pura, tal cual la sientes. No temas sentir. Ahí radica una gran parte de lo que significa vivir. Y cuando te empiezas a reconectar esto miso sucede en tu cerebro. No le ves, pero ahí se activan cantidad de neuronas que se enlazan para enviar nuevos mensajes a tu cuerpo, nueva información que cambiará en tus células y estas empezaran a repararse y a evidenciar un nuevo y sano comportamiento, porque lo que te dolia, irritaba, temias y deprimia ha sido ya reconocido por ti, y el cuerpo no tiene que informarlo más.
Para conectarte contigo puedes poner música en un lugar donde estés contigo, y escribe. O pon una canción con letra que te conmueva, o cántate una canción que te gustaria te hubieran cantado o que te guste mucho y diga cosas amorosas, y dítelas a ti mismo, a ti misma. Sal a caminar y aléjate un poco de todos, los lugares tranquilos ayudan, sobre todo donde hay vegetación abundante porque la naturaleza ayuda a entrar en conexión. A veces es bueno estar solo o sola, sin televisión, internet, celular. Y entonces deja pasar lo que sientes, observado. Y déjate sentir.
Y si logras conectarte con profundidad y sinceridad, podría incluso sorprenderte un milagro.
Acerca del autor